Situada al poniente de la diócesis de Zamora, de antaño era la única parroquia en la ciudad, siendo parte de su jurisdicción Abadiano, Totolán y Los Remedios. De esta parroquia se han desprendido las parroquias de Abadiano, Totolán, Los Remedios, San Cayetano y Ntra. Sra. De Guadalupe en el mismo Jiquilpan.

 

Parece que la palabra Jiquilpan significa “lugar donde crece el aní.” Ya existía una población indígena antes de la conquista; Cristóbal de Olid fue su descubridor y la evangelización del poblado estuvo a cargo de Fr. Juan de Padilla y Fr. Bartolomé de Estrada, quienes en 1539 fundaron un convento franciscano, mismo que repobló Fr. Juan de San Miguel porque estaba agregada a la Doctrina de Tarecuato. En 1578 figura allí como Corregidor de su Majestad, Dn. Francisco de Medinilla Alvarado.

 

El convento desapareció y el actual curato lo construyó el Sr. Cura Luis G. García. La iglesia parroquial es del siglo XVII con sus muchas modificaciones. El Sr. Cura J. Antonio Béjar construyó la actual torre en 1875.

 

Actualmente la parroquia está conformada por las comunidades de Paredones, las 2 Lagunitas, La Cantera, La Jara y el Cerro de San Francisco, además de los sectores: el 50 o colonia Linda Vista, Jacarandas-Fovissste, La Santa Cruz, Hacienda de la Flor, El Pitayito, La Nopalera, El Rincón de María, California, La Virgencita.

 

Han sido sus párrocos los PP. Pascual Bayllac, Francisco Tejeda, Narciso Álvarez, Antonio Béjar que comenzó la construcción del templo del Sagrado Corazón, Luis G. García, José Ma. Betancourt, Alejo Carranza que construyó el primer Santuario de Guadalupe, Francisco Valencia, Ignacio Silva que junto con Francisco Orozco edificó el templo actual de San Cayetano, David Zavala, Alfonso Verduzco, Rafael Barragán, Carlos Verduzco, José Luis Calderón, entre otros.

 

La parroquia ha dado a la Iglesia muchos sacerdotes, muchas vocaciones religiosas y hombres de letras, como el jesuita Diego José Abad, gran humanista, el latinista Dn. Enrique Villaseñor, el Canónigo Mariano Amezcua, el Dr. Amadeo Betancourt, el diplomático Efraín Buenrostro, el Gral. Dámaso Cárdenas que fue gobernador del estado, el poeta Ramón Martínez Ocaranza, los benefactores Dn. Gabino Ortiz y Doña Juana de la Parra, etc.

En el atrio se puede encontrar una estatua dedicada al Papa Juan Pablo II con una famosa frase "No tengan miedo abran las puertas a cristo, me voy, de corazón me quedo" dicha en la última visita que el antiguo lider de la iglesia católica hizo a México.