"La cocina
es un lenguaje mediante el cual se puede expresar armonía, felicidad, belleza,
poesía, complejidad, magia, humor, provocación, cultura" - Ferran Adria
En la
última semana en redes sociales, revisando las nuevas aperturas, promociones y
más que ofrecen los diferentes restaurantes de la región, me he encontrado con
varias "críticas gastronómicas", opiniones diría yo, que usuarios
hacen a un sinfín de lugares, el problema es que son casi discursos de
odio.
Los post en cuestión empiezan observando
una mala experiencia que tuvieron en el lugar, algunas con sentido y que los
mismos lugares criticados deberían considerar para mejorar ya sea la calidad de
su comida o del servicio, otras por otro lado un poco más extrañas, criticando
y quejándose, porque pues ¿para eso son
las redes sociales no?
No se
cuál me llamo más la atención y por consiguiente me llevó a escribir sobre este
tema, si la que criticaba un lugar donde tuvo una "mala comida" hace
ya dos años -que por cierto se comió y se molestó porque le cobraron y esa era
la crítica- o la que se quejaba porque el caldo
tlalpeño que pidió no se
asemejaba en nada a una carne en su jugo.
O
quién no recuerda a aquel famoso influencer de
Tijuana que se quejó porque la cafetería a la que quería llegar cerró 13
minutos antes de la hora que decía en el horario.
¿A que me refiero cuándo digo que parecen discursos de odio? Parece que
en redes sociales, nos esforzamos por sacar lo peor, se empieza a criticar el
aspecto de la gente, el tema socioeconómico siempre sale a colación,
comparaciones absurdas y en ese acto olvidamos que meseros, baristas, cajeros y
todos los demás, también son personas, también se cansan, también tienen malos
días, deberíamos ser más humanos y tratar de entender las situaciones ¿es mucho pedir?
Mi
experiencia en restaurantes, fondas y carretas, me han dejado de enseñanza que
en la mayoría de los establecimientos cuando un alimento está mal preparado,
porque está mal cocinado, se equivocaron en la orden o hasta yo me equivoqué y
omití decir que no le pusieran X o Y cosa, son bastante accesibles y te
preguntan si deseas que te cambien el plato y en el mayor de los casos, asunto
resuelto.
En
redes sociales hasta le echamos ganas en "hacer quedar mal" a los
lugares, créanme ningún restaurante va a cerrar por una crítica, por más
alcance que tenga la persona o influencer, tenemos
varios ejemplos en la ciudad, me limitaré a no mencionarlos para no revivirlos, pero los negocios ahí
siguen, ¿saben quién si se ve
afectado? las personas que laboran ahí, a un mesero, una hostess, un barista, por supuesto que
podemos afectar y no nos importa en lo más mínimo si eso deriva en perjudicar a su
familia, pues al fin y al cabo, tenemos "derecho
a opinar" .
Por
el otro lado, amigos restauranteros, chefs, dueños de cafeterías, vinícolas,
hoteles y demás, es importante tomar en cuenta las opiniones que hacen los
usuarios en redes, muchos de ellos probablemente no volverán a ser nuestros
clientes, quizá su crítica tiene razón y quizá debemos mejorar algunas cosas,
hay algunos posts en redes, que
tienen todo el sustento y sí, es válido hacer una crítica abierta de manera
respetuosa.
Cierro
con una frase que suelo comentar a algunos de mis clientes del sector
turístico, con referencia al servicio al cliente "uno
regresa a un lugar con mala comida, pero jamás regresa a uno con mal
servicio" .