De barcos hundidos en el desierto

De barcos hundidos en el desierto

Ernesto Sosa Rocha 05-04-2022 14:15:29
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A los que nos encantan las historias de barcos perdidos. Cuenta la historia del Valle de Mexicali, que en el Ejido Guerrero, en la zona central del valle, se encuentra enterrada entre parcelas de hortalizas una embarcación de origen desconocido.

Hay quienes alguna vez pudieron entrar a la galería interior y encontraron allí objetos de metal que pasaron a formar parte de las colecciones de curiosidades de algunos vecinos.

Llaves de bronce, remaches de hierro, cucharas quizá de plata, se encontraban ente gruesos tablones de madera.

Hay quienes han opinado sobre la posibilidad de que se tratase de una embarcación española, de un galeón, que eran los navíos que se construían durante los siglos de las exploraciones y la colonia.

Otra teoría, más plausible, dice que lo más probable es que se tratase de un lanchón de vapor, de los comunes durante el periodo en que el Río Colorado y sus ramales eran navegados, aproximadamente de 1852 a 1928.

El hecho es que hay testimonios de los lugareños sobre la existencia y ubicación de esta embarcación enterrada, y hasta se ha generado un mito, el de una mujer de blanco que se aparece en las inmediaciones; ¨La Princesa¨, la llaman, y dicen que ocasiona accidentes.

Un dato singular es que durante el gobierno de Eligio Esquivel (noviembre de 1959 a diciembre de 1964) se notificó el hallazgo de la embarcación a unos 500 metros de los limites actuales del poblado del Ejido Guerrero, cuando se dragaba un dren agrícola, atorándose la pala de excavación con los tablones de madera que quedaron parcialmente visibles en la superficie.

El gobernador Esquivel envió gente a inspeccionar el hallazgo, y durante algunos días, soldados de la guarnición local cerraron el acceso al lugar que, después de ese tiempo, fue abandonado y vuelto a cubrir con tierra. ¿Qué encontraron?, será muy difícil decirlo.

Pero el dren se continuó por la ruta trazada, es decir, atravesando el lugar del hallazgo y –según el Señor Marcial Rodríguez, propietario del terreno vecino y testigo presencial del hecho-, partiendo en dos la embarcación.

Hasta ahora (febrero del 2000) ni la UABC, ni el INAH, el Instituto de Cultura, ninguna de las instituciones que realizan investigación histórica o protegen el patrimonio cultural se ha encargado de documentar el hecho.

Probablemente, a estas alturas y aún con el dren ahora de concreto, la madera se ha deteriorado con la humedad filtrada un canal corre también a unos metros-, y las únicas pistas sobre el origen o identidad de la embarcación sean los objetos que se encuentran esparcidos en varios lugares de Baja California.

Testimonio de Marcial Rodríguez 

¨Se escarbaba ahí y nomás que se derrumbaba el dren; la gente que estaba ahí escarbando pa´ ver que sacaba y sacaban tablones, llaves de bronce y de cobre y todo; y entonces se tanteaba porque tenia unos tubos como de dos pulgadas, tenia tubería y todo en las tablas de un banco como de lancha…¨.

Entrevistado el martes 1º de febrero, el Señor Marcial Rodríguez –que era un muchacho a principios de la década de los sesenta y no recuerda la fecha exacta del hallazgo-, describe como la embarcación se encontraba atravesada perpendicular al trazo por donde pasaría el dren.

Nunca afloró completamente a la superficie, sino que algunos de quienes trabajaban en la excavación del dren se introdujeron en la galería de la embarcación semienterrada y que era de buen tamaño.

El mismo Marcial Rodríguez, al describir lo que se vio y se encontró, da elementos para pensar más en un lanchón de los utilizados en la región entre los siglos XIX y XX: un banco bajo el cual se encontraba tubería de bronce y cobre y llaves de manivela para el agua hechas de bronce, grifos grandes para los hidrantes que luego se perdieron pues los vecinos no pudieron utilizarlos porque entonces no había agua por tubería en el lugar.

Asimismo, el testigo considera que la madera utilizada en la construcción de la embarcación eran barrotes de 4 por 4 pulgadas y tablones de 6 pies por 8 pulgadas y dos pulgadas de grosor; es decir, cortes de madera muy reconocibles hoy en día y en un relativo buen estado de conservación puesto que aún se apreciaban bien los cortes.

Ahora que, aun cuando la madera haya estado ¨curada¨ con brea, como refiere el entrevistado y como se suele ser con las embarcaciones, los siglos dejan sus huellas incluso en terrenos secos como los del valle, por lo que es muy probable que se trate de una embarcación contemporánea.

¨Era como una plancha de madera, como de unos doce pies de ancho y es lo que descubrió la draga; por cierto que los de la draga se fueron, se asustaron, pues…pero no podía la draga sacarlo, se atoraba¨.

En cuanto a los objetos encontrados, las referencias a que se tuvo acceso en el poblado señalan que el destino de las cucharas de plata puede ser incierto dado que estaban en la casa del Señor Felizardo Borquez, recientemente incendiada; y en cuanto a llaves de bronce y remaches –o tornillos- de hierro, algunos de éstos se encuentran en casa de un hermano del Comisario Ejidal, Rodrigo Castillo, pero quien hace tiempo se fue a vivir a Camalú, en el Valle de San Quintín.

Tipo de galeones españoles que navegaban por el Golfo de California. En un manuscrito veneciano del siglo XVI se describen las dimensiones de un galeón: eslora entre perpendiculares 41,3 m, eslora en la quilla 30,5 m.